Nunca podía faltar en toda clase de colegio la tipica chica
ruda que jamás dudo en dar un golpe a aquel que no le callera bien o que
simplemente lo hacia para demostrar todo poder físico. Yo recuerdo
perfectamente que conocí a una en Sexto de primaria, su nombre era Hilda y
tenía la linda costumbre de darnos golpes en la espalda constantemente.
Nadie se metía con ella ya que estudiaba artes marciales y
estaba a un paso del cinturón negro.
Hilda sabía hacer muy buenos movimientos, los cuales podían dejarte fácilmente
en suelo en unos segundos. Pero a pesar de todo lo que les cuento, esta ruda
chica no era un monstruo inhumano y violento. ya que tenía su corazoncito,
aunque demasiado oculto.
Eso lo sé porque una vez la descubrí llorando a solas en
medio de un salón vacío en medio del recreo Le pregunte si estaba bien y me
dijo a lágrima viva que su perrito llamado " Navaja"se había
muerto" . Me sorprendió que una chica tan fuerte como era Hilda fuera
bastante sensible.
Recuerdo que me
abrazo fuertemente y estuvo aferrada a mí así durante más de quince minutos.
Luego me dio un patadón en los huevos y me amenazo con reventarme la cara si le
contaba algo sobre lo ocurrido a alguien.
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